Invictus
Estamos en el año 2010, año en el que se celebrara el mundial de Sudáfrica, 20 años cumplidos este 11 de febrero desde que Nelson Mandela fue liberado; tales acontecimientos no pueden ser mejor conmemorados que con una película, genialmente dirigida por Clint Eastwood y estelarizada por Morgan Freeman como Nelson Mandela y Matt Damon como François Pienaar, el capitán del equipo de rugby que gano la copa mundial de rugby de 1995, la cual se llevo a cabo ahí mismo, en Sudáfrica.
Dentro de “Invictus”, poema homónimo escrito por Nelson Mandela, Clint Eastwood retrata los brevemente los algunos acontecimientos dentro de la vida del primer presidente negro de Sudáfrica electo democráticamente, y de cómo él se involucro en el rugby para que las personas, tanto blancas como negras, se sintieran parte de Sudáfrica. Mandela utiliza principalmente, o al menos al inicio, al como estrategia política para ganar el favor y confianza de los “Afrikaner” las personas blancas, quienes eran los principales fans del rugby en la nación, las personas que se favorecían el Apartheid, quienes también eran las personas mas temerosas del régimen de Nelson Mandela como Presidente. El equipo nacional, los Springboks, tenían un pésimo desempeño en sus partidos internacionales, a pesar del esfuerzo del capitán, François Pienaar, por motivar al equipo, la población negra aprovecha sus fracasos y decide eliminar cualquier rastro que les recordara el apartheid, incluyendo el uniforme, bandera e himno del equipo; creyendo que esto solo empeoraría las relaciones entre los blancos y los negros, Nelson decide intervenir para evitar esto, primero se opone a la decisión; acto seguido, el presidente Mandela decide invitar a François para hablar sobre rugby, y al transcurso de la película el trabajar con el para unir al país, blancos, negros, ricos y pobres atravez del rugby, siendo la única forma que encuentran ambos, el ganar el campeonato mundial contra cualquier expectativa, incluyendo al equipo mas fuerte y favorito para ganar, los Neozelandeses All Blacks.
La película alterna la política internacional, el esfuerzo de Nelson Mandela por mejorar el país y mejorar su popularidad entre personas blancas y negras, además de fragmentos de su vida privada, el estrés provocado por este ambiente y las consecuencias que le trajo a su salud; todo esto acompañado de una excelente banda sonora que integra música en ingles y en dialectos africanos para resaltar las transiciones y eventos mas importantes durante la película. Y como ya lo ha demostrado varias veces, Clint Eastwood sabe como relatar y acomodar un momento histórico para que el público se quede al filo de la butaca aguantándose las ganas de gritar para apoyar al equipo.
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